- Descubre cómo la disfunción temporomandibular afecta la calidad de tu sueño con nuestros consejos.
- Nuestros especialistas te explican por qué la fisioterapia es clave en el tratamiento de la DTM.
- Conoce los síntomas más comunes de la alteración en la articulación temporomandibular.
- Aprende a identificar los factores que podrían provocar una disfunción mandibular en tu vida diaria.
- Entiende cómo el estrés puede ser un factor que agrave tu disfunción mandibular.
- Descubre herramientas y ejercicios para aliviar el dolor en tu articulación temporomandibular.

¿Qué es la disfunción temporomandibular?
La disfunción temporomandibular (DTM) es un término que engloba un conjunto de problemas de salud relacionados con la articulación temporomandibular (ATM), los músculos que la rodean y los tejidos blandos asociados.
Esta articulación conecta la mandíbula al cráneo, y permitir que hables, mastiques y bosteces con normalidad.
Si alguna vez has sentido dolor o rigidez al abrir la boca, escuchar un chasquido al masticar o tenido un dolor sordo que se expande desde la mandíbula hasta la sien, podrías estar experimentando una DTM.
No estás solo, ya que muchas personas en algún momento de sus vidas pueden enfrentar síntomas de este tipo.

¿Cómo se manifiesta la disfunción temporomandibular?
La DTM puede presentarse de diversas formas, y no todas las personas presentarán síntomas con la misma intensidad o frecuencia.
Aquí te mostramos algunos de los síntomas comunes que podrías experimentar si tienes una DTM:
- Dolor o sensibilidad en la mandíbula: Esto puede ocurrir en un solo lado de la cara o en ambos.
- Dolor facial generalizado: A veces, el dolor no se limita a la mandíbula y puede sentirse en otras áreas de la cara.
- Dificultad o dolor al masticar: Puedes notar que masticar ciertos alimentos se vuelve incómodo.
- Chasquidos o sonidos al mover la mandíbula: Es común escuchar un clic o un chasquido al abrir y cerrar la boca.
- Limitación de movimiento: Puede que se te dificulte abrir la boca completamente debido al dolor o rigidez.
- Dolores de cabeza recurrentes: Muchas veces, una DTM puede causar dolores de cabeza debido a la relación estrecha entre los músculos faciales y craneales.
Las causas detrás de la disfunción temporomandibular
Entender por qué ocurre la DTM es crucial para abordarla adecuadamente.
Aunque las causas exactas no siempre son claras, a menudo están relacionadas con distintos aspectos, tales como:
- Estrés y tensión muscular: El estrés puede llevar a apretar o rechinar los dientes, causando tensión en la ATM.
- Desgaste articular: Con el tiempo, la articulación puede desgastarse por la edad o uso excesivo.
- Lesiones en la mandíbula o ATM: Un golpe directo o una caída podrían desplazar o dañar la articulación.
- Anomalías en la estructura mandibular: Problemas congénitos pueden ocasionar disfunciones.
- Mala alineación dental: A veces, una mordida incorrecta puede forzar la ATM.
Diagnóstico de la disfunción temporomandibular
Si sospechas que padeces DTM, es fundamental buscar el diagnóstico adecuado.
No se trata solo de aliviar el dolor, sino de buscar soluciones que te permitan mejorar tu calidad de vida.
Un profesional de la salud especializado en estos problemas, como un fisioterapeuta especializado en mandíbula, un dentista o un maxilofacial, puede ayudarte a determinar la presencia de DTM a través de los siguientes métodos:
- Examinación física: El especialista evaluará el rango de movimiento de la mandíbula, buscará sensibilidad o dolor e identificará cualquier sonido anormal como chasquidos o rechinidos.
- Historial médico: Se tomará en cuenta cualquier problema previo relacionado con la mandíbula, accidentes, o condiciones de salud que puedan influir en la DTM.
- Imágenes clínicas: Radiografías, tomografías computarizadas o resonancias magnéticas podrían ser necesarias para diagnósticos más precisos.
Tratamientos disponibles para la disfunción temporomandibular
El tratamiento de la DTM puede variar dependiendo de la gravedad de los síntomas y la causa subyacente.
Aquí te mostramos algunas de las opciones de tratamiento más comunes:
- Terapia física y ejercicios: Profesionales en fisioterapia pueden recomendar ejercicios específicos para mejorar el movimiento y reducir el dolor.
- Dispositivos orales: Las férulas oclusales pueden aliviar la tensión en la ATM al prevenir el rechinamiento de dientes.
- Manejo del estrés: Técnicas de relajación o terapia psicológica pueden ser necesarias para quienes el estrés es un factor agravante.
- Medicamentos: Analgésicos antiinflamatorios, e incluso relajantes musculares, podrían proporcionarse temporalmente para aliviar los síntomas.
- Cirugía: En casos extremos, donde otros tratamientos no hayan funcionado, se considera la intervención quirúrgica.
La importancia del cuidado preventivo
No solo debes centrarte en tratar la DTM, sino también en adoptar medidas preventivas para evitar que reaparezca o empeore.
Aquí te dejamos algunos consejos simples:
- Mantén una buena postura: Asegúrate de que tu cabeza esté bien alineada con tu columna para no forzar la mandíbula.
- Evita el bruxismo: Identifica si rechinas los dientes durante el día o la noche, y considera el uso de férulas.
- Cuida tu dieta: Opta por alimentos blandos que no requieran un esfuerzo excesivo al masticar.
- Prueba técnicas de relajación: El yoga o la meditación pueden ser útiles para reducir el estrés.
Recuerda que aprender sobre la disfunción temporomandibular y buscar los cuidados adecuados puede mejorar significativamente tu calidad de vida.
Si crees que puedes estar enfrentando una DTM, no dudes en consultar con un especialista.
Tu salud mandibular es importante y merece la atención adecuada.