- Mejora notable en la función mandibular y alivia el dolor crónico cuando la cirugía es necesaria.
- Experimentas un aumento en la calidad de vida con una intervención bien realizada.
- La cirugía restablece el movimiento normal de la mandíbula eliminando bloqueos persistentes.
- Cuando otros métodos fallan, la cirugía proporciona una solución duradera a la disfunción mandibular.
- Con la cirugía, reduces el riesgo de complicaciones futuras y daños adicionales en la ATM.
- Obtén una mejor alineación mandibular que previene el desgaste dental y mejora la masticación.

Introducción a la disfunción de la ATM
La articulación temporomandibular (ATM) puede ser una fuente de molestias significativas si presenta disfunciones.
Su correcto funcionamiento es vital para actividades cotidianas como hablar, masticar y hasta respirar.
La mayoría de las veces, la disfunción de la ATM se puede manejar con terapias conservadoras.
Sin embargo, en ciertos casos más complejos, la cirugía puede ser la solución más viable.

¿Por qué considerar cirugía para la ATM?
En el mundo de la salud mandibular, no es común saltar directamente a una solución quirúrgica.
Sin embargo, ciertas situaciones pueden requerirlo, especialmente cuando otros tratamientos no ofrecen el alivio esperado.
Aquí, te guiaré en entender por qué, cuándo y cómo la cirugía puede ser la respuesta a disfunciones severas de la ATM.
Síntomas que pueden indicar la necesidad de cirugía
Si bien cada caso es único, existen algunos síntomas y señales que podrían sugerir que una intervención quirúrgica es el siguiente paso:
- Dolor persistente: Dolor severo que no responde a tratamientos no invasivos.
- Limitación en el movimiento de la mandíbula: Incapacidad para abrir o cerrar la boca completamente.
- Bloqueos articulares: Sensación de que la mandíbula se queda trabada o bloqueada.
- Desgaste significativo de las articulaciones: Diagnosticado a través de imágenes especializadas.

Opciones no quirúrgicas agotadas
Por lo general, antes de considerar cirugía, debes haber explorado todas las opciones conservadoras, como fisioterapia, medicamentos, dispositivos orales y cambios en el estilo de vida.
La cirugía se recomienda solo cuando estos métodos no logran aliviar los síntomas, o si el daño a la articulación es tan pronunciado que no hay alternativas.
Tratamientos convencionales antes de la cirugía
Antes de la cirugía, los médicos suelen recomendar:
- Terapia física: Ejercicios específicos para mejorar la movilidad y fortalecer los músculos circundantes.
- Medicamentos: Analgésicos y antiinflamatorios para aliviar el dolor.
- Dispositivos orales: Férulas o protectores que realinean la mandíbula.
- Técnicas de relajación: Estrategias para aliviar el estrés y tensión que contribuyen al malestar.

Tipos de cirugía para la disfunción de la ATM
Si decides proceder con una cirugía, existen varias opciones dependiendo de la gravedad de tu situación:
Artrocentesis
Es uno de los procedimientos menos invasivos y consiste en limpiar la articulación con una solución especial para eliminar partículas inflamatorias.
Esta opción suele ser el primer paso quirúrgico para desbloquear o liberar la articulación.
Artroscopia
Mediante el uso de un artroscopio, el cirujano puede diagnosticar y tratar ciertas condiciones directamente en el interior de la articulación.
Es más preciso que la artrocentesis y permite realizar ajustes dentro de la articulación.
Cirugía abierta
Este procedimiento se reserva para casos más graves, donde hay necesidad de reparar o reemplazar tejidos y estructuras dentro de la mandíbula.
La recuperación es más extensa, pero puede proporcionar la solución más definitiva en casos severos.

Evaluación previa y preparación para la cirugía
Antes de someterte a una cirugía, los especialistas realizarán una evaluación exhaustiva que puede incluir radiografías, resonancias magnéticas u otros exámenes de imagen.
Este paso es crucial para determinar la causa exacta del problema y planificar el procedimiento adecuado.
Criterios para la evaluación
Tu equipo médico considerará:
- Historia clínica: Antecedentes de problemas relacionados con la mandíbula.
- Respuesta a tratamientos previos: Qué tan bien (o mal) has respondido a otras formas de tratamiento.
- Estado de salud general: Consideraciones sobre cómo otros aspectos de tu salud podrían influir o verse afectados por la cirugía.
Recuperación y cuidados postoperatorios
Como en cualquier cirugía, la recuperación es un proceso delicado.
Implica seguir un régimen de cuidados para promover la curación adecuada de la ATM.
Consejos para una recuperación exitosa
- Reposo adecuado: Al menos unos días de descanso son fundamentales.
- Compresas frías: Ayudan a reducir la hinchazón y el dolor.
- Dieta suave: Limita tu ingesta a alimentos blandos para evitar estrés en la articulación.
- Siguiendo las indicaciones del médico: Deberás seguir estrictamente las instrucciones postoperatorias.
Riesgos y consideraciones
Cualquier cirugía lleva consigo incertidumbres y posibles complicaciones.
Aunque las tasas de éxito son altas, es importante estar informado sobre los riesgos posibles y discutirlos a fondo con tu cirujano.
Algunos posibles riesgos incluyen infección, rigidez articular o daño a nervios adyacentes.
Conclusión: Evaluar tus opciones
Decidir someterte a una cirugía para tratar la disfunción de la ATM puede parecer una gran decisión, y lo es.
Sin embargo, la información adecuada y el asesoramiento médico profesional te ayudarán a tomar una decisión informada.
No dudes en explorar todas las alternativas y realizar todas las preguntas necesarias para entender todos los aspectos del procedimiento y sus implicaciones.